miércoles, 27 de noviembre de 2013

La tragedia del tifón aumenta el tráfico de niños por las mafias filipinas

Filipinas vive una situación de caos y las mafias locales la aprovechan para robar niños filipinos y extranjeros que están perdidos o han quedado huérfanos para luego venderlos. El gobierno calcula que dos millones de niños están sin sus padres tras el paso de Haiyán. La Asociación Kailpay, de la española Ana María Balcells, trabaja sin descanso para evitar esos raptos.

Desde 2007 dirige una fundación que ha dado techo y educación a cientos de menores. Tras el devastador tifón Haiyán, Ana alerta del grave peligro que corren los niños huérfanos: "Les secuestran y desaparecen para siempre. Les quitan los órganos que hagan falta, el corazón, el hígado o los riñones".

Antes del tifón, dos millones de menores vivían en las calles de Filipinas. Una cifra que ahora ha aumentado dramáticamente. Una desgracia que las mafias ven como un gran negocio. Tras el devastador tifón Haiyán, Ana alerta del grave peligro que corren los niños huérfanos: "Les secuestran y desaparecen para siempre. Además de traficar con sus órganos, venden a los niños para prostituirles. Si no están en Filipinas, a muchos les mandan a países árabes, a España o América, y ahí, en plan escondite, son utilizados en todo".

Los soldados filipinos no sólo realizan controles para detener a los saqueadores de centros comerciales, que ya han asesinado a ocho guardias de seguridad. El ejército también comprueba que no roban niños para explotarles poniéndolos a mendigar. A pesar de la constante amenaza, los menores no pierden la sonrisa y agradecen la ayuda que reciben, por pequeña que sea.
Fuente: La Sexta Noticias

jueves, 14 de noviembre de 2013

Los niños del orfanato de Tacloban en Filipinas sobreviven al tifón Haiyan

Los niños que se encontraban alojados en el orfanato de Tacloban en Filipinas han logrado salvarse de la catástrofe causada por el paso del tifón Haiyan. El centro se sitúa en la provincia de Leyte una de las más devastadas por el paso del tifón.

Madrugada en Cebú. Cientos de filipinos hacen cola para conseguir un ferry. Quieren ir a la isla de Leyte. Quieren saber si sus familias están vivas. Desde hace días desconocen su paradero. Los teléfonos no funcionan. La única manera de conseguir información es adentrarse en la devastada isla.


Además, también existen pequeños y grandes milagros como el del orfanato de Tacloban, donde los cincuenta niños están a salvo. "Estábamos arriba, las olas de cinco metros golpeaban las paredes, la construcción temblaba, había vientos de 300 kilómetros. Pero mis niños son muy, muy valientes", asegura Erlend Johannessen, director del orfanato.

Johannessen añade que tuvieron que aguantar una hora y media viendo cómo el edificio quedaba reducido a dos paredes. "Durante hora y media aguantaron las embestidas de Haiyan. Solo dos paredes del edificio se mantuvieron de pie".

Mientras Johannsen busca un nuevo refugio para los huérfanos en Leyte, muchos recién nacidos y sus madres descansan en una maternidad de Bogo. Jingle es una de ellas, huyó de la inundación hasta que los dolores de parto la sorprendieron. Ahora cumple 21 años y Nica, su hija, acaba de nacer y ya es una superviviente.

Está previsto además que un equipo de trabajadoras sociales del gobierno filipino se desplace hasta la zona para evacuar a los huérfanos a Manila lo antes posible.

Por su parte la Asociación Batang Masaya de Familias Españolas Adoptantes en Filipinas han comenzado a recaudar fondos para ayudar al orfanato. Todas las aportaciones pueden realizarse en
BBVA
0182-0802-75-0201537442
Concepto: Ayuda Leyte 

lunes, 4 de noviembre de 2013

Miles de huérfanos se casan en Yemen en una boda multitudinaria

Yemen, un país atribulado por la pobreza o por el terrorismo de Al Qaeda, se ha propuesto batir un récord. Un total de 4.000 parejas, en las que al menos uno de los contrayentes es huérfano, se casaron en varias bodas colectivas en el país. Al margen de los números, estas celebraciones tuvieron otra peculiaridad: la ausencia de mujeres.

Siguiendo las conservadoras costumbres y tradiciones yemeníes, que prohíben a personas de distinto sexo compartir un mismo espacio, las novias no acudieron a su boda. Mientras las mujeres celebraron en sus casas de forma individual la boda, los hombres se juntaron en distintos recintos públicos en la capital, Saná, y en otras provincias.

El enlace más multitudinario tuvo lugar en el mayor complejo deportivo de Saná, que también es utilizado para actos políticos y que estuvo adornado con flores y alfombras tradicionales. En la capital, uno de los recién casados, Naif al Qadimi, expresó su alegría por la boda, que debido a sus escasos recursos le habría sido muy complicado celebrar.“Una celebración colectiva es la mejor forma de contraer matrimonio. Yo solo no podría haber asumido los gastos”, subrayó el joven.

La idea de esta “macroboda” proviene de la organización no gubernamental yemení Fundación de Desarrollo de los Huérfanos, que ha contado con el respaldo financiero de Catar.

El portavoz de esta ONG, Jatab al Jamiri, explicó que han solicitado a la institución del libro Guinness registrar el evento en su lista de récords. Solo en Saná se casaron 1.040 hombres, que iban ataviados con un turbante blanco adornado con flores, la túnica tradicional y una chaqueta con el típico puñal yemení (“jambiya”) amarrado a la cintura.

También portaron sables sobre los hombros y algunos de ellos bailaron la danza tradicional de lucha “Al Baraa”, en la que los hombres blanden sus puñales al ritmo de la percusión. Los yemeníes acostumbran a celebrar bodas colectivas para disminuir los costes de estas fiestas, aunque nunca se había celebrado una tan masiva.

El coste de esta fiesta colectiva, que superó los 2,5 millones de dólares, fue financiado por el ex emir de Catar, Hamad bin Jalifa al Zani.

A la ceremonia de Saná acudió el consejero para Asuntos Militares de la Presidencia yemení, general Ali Mohsen Ahmar, así como responsables del Gobierno catarí. Los organizadores, además de pagar los gastos del evento y de la vestimenta de los novios para la ocasión, han otorgado ayuda financiera a los cónyuges para iniciar su vida de casados. Entre fuegos artificiales y lanzamientos de pétalos de flores, otro de los novios, Yehia Ahmed, destacó que este tipo de bodas son una muestra de “solidaridad y apoyo”. Como Ahmed, todos estos jóvenes celebran haber tenido la oportunidad de contraer matrimonio y no de cualquier modo, sino marcando un hito en su país.

Nerviosos aguardan su recién estrenado papel de hombres casados y la decisión del libro récord de los Guinness sobre esta inusual y multitudinaria ceremonia.

Fuente: El Nuevo Herald