domingo, 15 de junio de 2014

Un padre vietnamita adopta docenas de bebes para que no sean abortados

En el 2001 cuando la esposa de Tong Phuoc Phuc estuvo grave de salud durante su embarazo él le prometió a Dios que si su hijo sobrevivía él vería la manera de retribuirlo ayudando a otras personas. Mientras su esposa se recuperaba en el hospital él cuenta que veía muchas mujeres embarazadas entrar a la sala de operaciones y salir sin ningún bebe, al inicio no entendió pero luego cayó en cuenta que habían abortado. 

Vietnam fue considerado en 1999 el país con el mayor número de abortos anuales Tong habiendo sido testigo de este horror comenzó a ahorrar dinero de su humilde sueldo para poder comprar un campo para enterrar a los fetos que vio eran deshechados en el basurero.


Tong tiene un pequeño cementerio donde ya hay más de 10,000 bebés abortados a los que él se ha encargado de dar cristiana sepultura y donde muchas mujeres post-abortivas van a rezar. Pero desde que comenzó a funcionar el cementerio muchas mujeres en riesgo de abortar comenzaron a buscarlo y él no tuvo mejor idea que ofrecerles su casa para hospedarse y ofrecer adoptar a los niños que ellas no quieran conservar. Desde el 2004 él ya ha adoptado más de 100 niños y ha logrado que muchos más sean salvados y vivan con sus madres.

Todos los niños que nacen ahí o son dejados abandonados en la puerta de su casa son llamados Vinh (honor) y las niñas Tam (corazón), todos llevan el apellido de Phuc y su segundo nombre es el de su madre o el pueblo de su madre para que ellas puedan reconocerlo si es que llegan a regresar pues él les ofrece a las madres cuidar a los niños mientras ellas buscan algún trabajo y estabilidad para poder recuperar a sus pequeños. Tong actualmente vive con sus dos hijos biológicos y otros 20 bebés, sus 30 hijos mayores viven en una segunda casa que se ha convertido en orfanato y otros 5o niños ya han logrado regresar con sus madres. 

Fuente: Es Noticia .com

domingo, 8 de junio de 2014

El drama de los niños que nacen enfermos en China

Liu y su esposo, ambos trabajadores inmigrantes pobres, no tenían dinero para pagar cuidados adicionales. Se llevaron a la recién nacida a su casa pero sabían que la pequeña estaba gravemente enferma. Miaomiao nació con graves deformidades de cadera y en una pierna. Además, un gran agujero en la boca hace que le sea difícil tragar. Ahora, con seis semanas, es evidente que está perdiendo peso.
"Quería cuidar a Miaomiao yo misma", explica Liu Jiaomei, mientras las lágrimas le recorren el rostro. "Pero mi marido preguntó: ‘¿qué pasa si nuestra hija muere porque no podemos cuidar de ella?".
Sin dinero ni atención sanitaria estatal, esta pareja se enfrentó a un desgarrador dilema: aferrarse a su hija o entregarla al Estado donde –en teoría- recibiría un tratamiento. "Nadie quiere abandonar a su hijo", dice el padre de Miaomiao, Lei Zebao. "Pero si la entregábamos, al menos tendría una leve oportunidad de vivir".
Decidieron llevarla a una llamada "incubadora segura" no muy lejos de su casa. En enero, uno de estos centros para atender a bebés abrió junto al orfanato local, ofreciendo a los padres un lugar donde abandonar de forma anónima a los niños a los que no pudieran cuidar..
En la noche del 16 de marzo, la pareja envolvió a su hija en unas mantas y viajó a las puertas del orfanato.
Incubadora en China
El destino intervino. Sobrepasado por la cantidad de niños enfermos acogidos, el centro había dejado de aceptar nuevos bebés pocas horas antes de la llegada de la familia. Miaomiao se quedó en brazos de su madre.
"Esperaba secretamente que no aceptaran a mi nena, aunque no sabía si podríamos mantenerla con vida", admite Liu Jiaomei. "Me sentía dividida".
La presión persiste. La familia vive dentro de una suerte de garaje de cemento, cerca de una transitada carretera. Tiene problemas para pagar cosas básicas como leche para la bebé y pañales, así que ni pensar en tratamientos médicos caros.

En marzo, el cierre del centro de acogida para bebés de Guangzhou acaparó atención internacional. En las seis semanas que el lugar estuvo abierto, recibió una media de 5 menores al día
En total, 262 niños fueron entregados al Estado, según cifras oficiales. Todos ellos tenían serios problemas de salud, incluidos defectos congénitos del corazón y grave parálisis cerebral.
Algunos de los niños tienen hasta 5 ó 6 años. Aquellos que trabajan con niños gravemente enfermos dicen que, a esas edades, los adultos que cuidan por su cuenta de los menores tienen dificultades para levantarlos físicamente. Es en ese momento cuando muchos padres se dan por vencidos, seguros de que las instituciones locales pueden ofrecer un cuidado que ellos no son capaces de garantizar.
La mayoría de niños en orfanatos chinos están seriamente enfermos o padecen una discapacidad que requiere cuidados especiales que los más humildes no pueden darles.
"Nunca he visto un niño sano en un orfanato gubernamental", explica Naomi Kerwin, estadounidense que ha trabajado en la defensa de los menores durante años en China.
"Pero he visto bastante espina bífida, he visto paladares hendidos, problemas de corazón y muchos niños con problemas congénitos".
Para ser justos, China ha logrado grandes avances en salud materno infantil en los últimos años.
La mortalidad materna –la probabilidad de que una mujer muera durante el embarazo o el parto- ha bajado más de un 13% por año en China desde 1990, la caída más rápida del mundo de acuerdo a un nuevo estudio global del Instituto de Mediciones y Evaluación de la Salud de la Universidad de Washington.
Un estudio similar reflejó que los niños en China tienen también mucha más probabilidad de vivir más allá de los 5 años que en décadas anteriores.

Pero todas estas cifras no significan mucho para las familias pobres que luchan por mantener a sus hijos con vida pese a no tener dinero en el banco.

CENTROS DE ACOGIDA
El gobierno chino decidió abrir centros de acogida para bebés en ciudades de todo el país. Es ilegal abandonar un niño en China pero estos lugares les permiten a los padres dejar a un menor de forma anónima sin tener que enfrentarse a un castigo legal.
"Creo que se veía como algo realmente progresista porque estaban reconociendo un problema", explica Naomi Kerwin, defensora de los derechos de la infancia con años de experiencia en orfanatos chinos. 
.
No todo el mundo está de acuerdo con esto. Lumos, la organización con sede en Reino Unido fundada y presidida por la autora de Harry Potter, JK Rowling, defiende el cierre de los centros de bebés.
"El centro para bebés suaviza de forma eficaz el proceso de ‘admisión’ a una institución, convirtiéndose en una suerte de cinta transportadora", explica la directora ejecutiva de Lumos, Georgette Mulheir. "Proclama la institucionalización de niños casi a escala industrial".
Las autoridades chinas defienden el uso de los centros de bebés porque aducen que los niños abandonados en la calle tienen un 30% de posibilidades de sobrevivir. Los niños que se dejan en estos lugares de acogida sobreviven en el 90% de los casos.
Sin embargo, Lumos alega que el enfoque de China en los centros se debe reconducir’. "Lo que se necesita es una inversión en servicios que ayude a los niños a permanecer con sus familias", añade Mulheir.

Bbc mundo